Lugar cálido y acogedor con una decoración muy cuidada, mobiliario en excelente estado (Destaquemos por ejemplo que los colchones son excelentes).
Capítulo especial la comida, no puedo explicarlo, hay que ir y probarlo.
La atención de Ainhoa y todo el equipo es exquisita, cercana y atenta pero sin el menor atisbo de peloteo, te hace sentir como en casa.
Volveremos seguro
Lo único que puede echar para atrás de primeras es la ubicación, pegado a la carretera y a una gasolinera.