Es un hotel precioso, parece un vergel en medio de la ciudad. La playa de Poniente está cerca. La habitación muy cómoda, el baño limpio y nuevo. El jabón de la marca Nuxé que olía fenomenal. Tuvimos un problema con el funcionamiento del aire acondicionado y lo solventaron rápidamente. El personal es amable, aunque al haber varios camareros que se acababan de incorporar a la plantilla, en ocasiones iban un poco perdidos. Yo soy celiaca y tenían pan sin gluten disponible bajo petición, el chef súper atento me explicó qué podía y qué no podía comer en la cena. Incluso una noche me cocinó una carne aparte, es de agradecer :-). Solo puntualizar que el pan lo meten al microondas y sale super blando y seco... los panes sin gluten deben hornearse para que se puedan comer bien, ya que es un pan especial y cuesta que esté bueno.
Enhorabuena al equipo del hotel