Nos costó encontrarlo. En la recepción tuvimos que esperar hasta que apareció la única persona que parecía hablar inglés. La habitación no tenía apenas mobiliario: no armarios, ni estantes, por lo que apenas desmontamos la maleta dado que no teníamos donde colocar las cosas. La cama estaba algo dura. Como en muchos sitios en Tailandia, la ducha y el lavamanos estaban en el mismo habitaculo, por lo que tras ducharse, acercarse al lavamanos suponía mojarse los pies. Durante nuestra estancia de 4 días, no nos limpiaron la habitación. Minutos después de llegar fui a la recepción a pedir un mapa de la zona que me proporcionaron sin problemas, pero ni ellos mismo supieron decirme dónde estabamos en tal mapa! Fue una experiencia interesante, y aunque no fuese ideal, su bajo precio compensaba. Un lugar ideal para el que no busca grandes lujos, en un ambiente más familiar. El personal, era bastante atento y dispuesto a ayudar.