Magnífico lugar, con muchas instalaciones que tienen que retocar un poco. La pista de tenis, el billar, algunas estancias... sería estupendo que le dieran un repaso de mantenimiento, pero el lugar es muy especial. Un gran descubrimiento.
También deberían de cuidar la atención en los desayunos; a veces tardaban bastante en reponer alimentos o servir unos huevos fritos.
Algunas críticas son entendibles, pero exageradas a mi modo de ver.