No hay aire acondicionado en la habitación y aún no habían encendido la calefacción. Pasé frío. Además, no hay ninguna insonorización. Se oye todo. Mala experiencia. La cena bien, pero carísima. La habitación estrecha, con camas viejas, armarios ruidosos... Una cosa es decorar las habitaciones a lo rústico y otra cosa distinta es que sea viejo todo. Lo único bueno, el desayuno.