La habitación cumplía con lo mínimo para ser ocupada. No hay elevador y cero amenidades dentro y fuera del hotel. Lo obligan a uno a poner las pertenencias en el suelo. La administradora, agresiva y poco flexible a nuestras solicitudes de cambio de intinerario, tuvimos que hablar a expedía en la madrugada, para convencerla de que la decisión era del hotel y que no era obligatorio el cobrarnos una noche que ya no utilizaríamos.