La estancia, como de costumbre, ha sido estupenda y ojalá el Duomo esté siempre ahí para poder seguir prestando sus servicios a los visitantes.
A la llegada al hotel estaba la señorita Maite, de la Recepción, tan amable y diligente como siempre.
Y como de costumbre, también resaltar su higiene y limpieza impecable. Así da gusto.