El día de la llegada tenían la recepción cerrada a partir de las 12 del mediodía, o llamabas a un teléfono o mandabas a alguien para recoger la llave.
Sin recepción por las noches, la entrada se hace por una puerta trasera, sin acceso de ascensor. Total, dos pisos de escaleras con las maletas al hombro.
En año nuevo avisan en un papel pegado al ascensor que el desayuno no empieza hasta las 11. Bajamos a las 12 y ya no funcionaba el ascensor y se había terminado el tiempo del desayuno, decepcionante.
El baño casi inutilizable, la taza del water pegada, literalmente a la bañera por la izquierda y a la pared por la derecha, añadiendo un radiador toallero para hacer el acceso más difícil.
La presión del agua no era escasa, era inexistente, para conseguir que saliera por la ducha tuve que poner un refuerzo en el grifo y armarme de paciencia para lavarme con el pequeño chorrito conseguido. Totalmente inaceptable.