La llegada al hotel fue perfecta, nos atendieron sin ningún problema y muy rápido. Por decir algo malo del hotel: el precio del desayuno (11 euros) así que no lo cogimos y la ubicación, un poco apartado del centro de Cangas de Onís. Por lo demás fue perfecto, las vistas del pueblo eran maravillosas y la habitación enorme, incluyendo un baño con aseo apartado y una bañera muy amplia.
La habitación disponía de libros de lectura, una cama enorme, una mesa y unos sillones muy cómodos.
No nos pusieron ningún problema en salir del hotel a las 12 de la mañana.