Me gustó todo, desde la cordialidad de los recepcionistas (en todos los horarios), la limpieza de la habitación, el silencio de la misma, no se escuchaban ruidos de afuera, la climatización, muy cálida la habitación, el desayuno muy completo, la ubicación, si bien Pontevedra es bastante pequeño, el hotel está ubicado en pleno centro, cerca de la terminal de omnibus y de tren