Escogimos este hostal por su asequibilidad y porque no ibamos a estar en él más que para dormir y asearnos. El hostal es un edificio que está separado de lo que es el hotel y es una entrada como si fuera la de un bloque de pisos, sin portero ni recepción. A mí me dio un poco de mal rollo porque con la tarjeta del hotel entra cualquiera (o sin ella porque a veces la puerta no se cerraba bien) y nadie ve nada ni oye nada. Sin ascensor, por tanto hay que subir a pulso el equipaje. La limpieza excelente pero cuando dejábamos la calefaccion encendida para que la habitación quede caldedita cuando volviésemos, la chica de la limieza lo apagaba y dadas las dimensiones de la habitación luego costaba mucho calentarse (y más por la noche) El baño es pequeño y tiene lo básico, pero tiene cortina y al ducharnos el agua se salía por todo y era muy incómodo pisar el suelo mojado al salir de la ducha (se mojaba la alfombrilla y quedaba muy fría) Muy silencioso, eso sí.