Reservamos una habitación para un adulto y dos niños de 13 y 10 años, a un precio (así lo indicaba mi solicitud y la confirmación de reserva). Cuando llegamos al hotel, la recepcionista me dijo que la reserva no era correcta, que debía pagar un suplemento por uno de los niños, ya que ese precio no era el correcto y que ella no tenía la culpa de lo que indicara la reserva. Tuve que pagar más. Lo peor de todo fue la poca profesionalidad, ya que creo que debería de haber llamado a un superior para comentar lo sucedido y buscar una solución. Por cierto, me cobró antes de darme las llaves...