El sitio es espectacular, impresionante. Estás en plena naturaleza, tienen caballos incluso que te ofrecen para dar un paseo. Al llegar los anfitriones fueron muy amables, nos ofrecieron un vino y nos dieron conversación de manera muy amable. Yo llegué con problemas estomacales y la dueña me ofreció incluso algo de medicación personal. Me sentó de maravilla la crema de zanahoria que habían preparado para esa noche. Repito, el sitio es para visitarlo, precioso.