Quienes trabajan allí son muy amables, y está muy bien situado. Lo malo es que nos toco una habitación en el último piso y tuvimos que subir 3 largos pisos en escalera con todo el equipaje. No hay ascensor. La habitación era súper pequeña, y estábamos encimados. Las camas en realidad eran catres, y las frazadas pesaban como 10 kg, ya que eran de antaño. No tienen acolchados livianos. Solo recomendable para una estadía de No mas de un día, y sin equipaje.