Nos alojaron en la nueva torre que han construido al lado de la más alta, y nos dieron una habitación doble (con posibilidad de triple) con balcón con vistas al mar. Su cristalera triple hacía el mar hizo de la habitación un verdadero sueño. La limpieza, la amplitud de la habitación y las comodidades adaptadas para gente de todas las edades (bañera y ducha en el mismo aseo privado, y una luz roja encima del wc para encontrarlo fácilmente por la noche), pero en especial para la gente mayor, fueron muy buenas. Tuvimos incluido en el precio (por cierto, muy buen precio para los dos días que estuvimos) el desayuno y la cena, ambos bufet y que estaban riquísimos y muy amplios. En el comedor se notaba que la gente estaba a gusto.
Pero lo que más nos encantó y agradecimos es el respeto y el cuidado de nuestras tradiciones, pues viajamos en la época de Navidad y en el hall de la entrada había dos belenes: uno de figuras grandes y otro de trabajo meticuloso de expertos belenistas.
Por todo esto, debo dar las gracias a la organización del hotel Bali, a sus trabajores, a hoteles.com, y también a... la vida. Gracias.