Nos tocó una habitación con la ventana sellada y tapada, o sea, sin luz artificial… Luego el baño es pequeño, la ducha no tiene para regular la temperatura sino solo un grifo para abrir y cerrar. La limpieza necesita un plus: los espejos no estaban bien limpios y no podía verme bien para ponerme las lentillas. Y el desayuno es muy precario: una tortilla y dos rebanadas de pan.
Tampoco nos gustó la falta de autonomía para entrar y salir del hostal: hay que llamar siempre para que te abran para una cosa o la otra.
Por otro lado, la localización es bastante buena y los dueños son muy amables.
Creo que es caro para lo que ofrece.