El hotel esta muy bien ubicado, a una calle del mercado de las flores y de la plaza Spui. Se puede ir caminando a la plaza Dam o a la de los museos haciendo un paseo y disfrutando de la ciudad, pero si se prefiere no caminar, hay una parada de tram justo en la esquina. Tanto la habitación como el hotel necesitarían invertir en mobiliario nuevo, ya que la cama era algo incomoda pero pasable y el armario no se podía tocar, se rompía seguro. Además, yo personalmente le quitaba la moqueta y lo pintaría. Lo bueno de la habitación es que tenia baño privado y estaba limpio. El desayuno también muy bien, variado y bueno . La recepción casi siempre estaba sola por las mañanas, así que pasábamos a desayunar sin la atención de nadie. Eso si, tuvimos suerte a la hora de la llegada e ida y pudimos dejar las maletas en recepción para poder aprovechar el día.
En resumen, no esta mal para pasar un par de días y ver la ciudad.