Nos gustó la ubicación, aún que se encuentra justo frente a la Alameda, y el precio, para ser un hotel de tres estrellas. El interior del hotel parece un laberinto. No tienen aire acondicionado, sólo ponen un ventilador de pie. Nosotros teníamos balcón a la calle (2do piso) que obviamente abrimos las puertas, pero notamos unos mosquitos raros, por lo que mejor las cerramos, y aún así las en las camas se veían esos mosquitos o palomillas. :/ Aprendizaje: LBSC.