Todo estuvo bien, sin embargo, tuvimos mala suerte de que a las 4:00 a.m. llegaran las huéspedes de arriba haciendo muchísimo ruido. Parecía que estaban mudándose, jalando maletas, cayéndose y haciendo escándalos, por lo que decimos llamar a recepción pero hicieron caso omiso y pasamos una muy mala noche, era imposible poder dormir. Al ser un hotel familiar, me parece que estos actos no deberían ser permitidos o en su caso buscar una solución para no perturbar al resto de los huéspedes. Es incongruente que cobren 450 pesos por hospedar a un perrito que hace 0 ruido y dejen pasar por alto a gente que no respeta las reglas básicas de un hotel. En fin, creo que por esa razón no volveríamos a este hotel.