El hotel lo elegimos de último minuto solo para descansar.
La habitación lucia limpia y básica.
El personal hace su trabajo sin más, atención muy seca.
La cama no es tan cómoda, más bien dura.
La ventana no tiene black out por lo que se filtra la luz del sol desde temprano.
Los ruidos del elevador y del exterior se escucha Perfecto dentro de la habitación.
La camarista comienza a hacer su trabajo a las 8:00am más o menos y desde esa hora va cuarto por cuarto tocando y gritando “camarista buenos días”. Uno tras otro, eso ya no nos permitió descansar.
El aire acondicionado no enfriaba lo suficiente.
Nos retiramos sin problema.
Lo peor comenzó un día después, mi esposo y yo tenemos granitos por todo el cuerpo, con mucha comezón, piel enrrojecida y dobles ronchitas, características muy particulares del piquete de chinche.
Bastante desagradable ya que habla muy mal de su limpieza e higiene de sábanas y camas.