Buen lugar, tranquilo. Mucha amabilidad y cordialidad en la atención en especial Las Javieras y Yasna
Lo malo que mi habitación no tenia baño privado, al baño compartido le faltaba una salida de ducha, siempre estaba el piso mojado y los huéspedes no ayudaban mucho con la mantención, dejando resto de jabón, shampoo y bálsamos tirados, además la cadena del WC sin tirar. Eso es complicado.
Adicional que tenia segundo piso y se sentía cada movimiento que había en el, la escalera de para acceder rechinaba, feo.
Las puerta de todas habitaciones también rechinaban, ósea se sentía cuando se entraba y se salía de ellas.